Abel Quezada y el humor político de México
- todoloextra
- 25 jun
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Uno de los grandes caricaturistas de México, célebre por su agudo humor político y su estilo inconfundible. A través de sus trazos, retrató con ironía y elegancia la vida pública del país durante el siglo XX. Su obra no solo hizo reír, sino que también hizo pensar, convirtiéndose en una crítica inteligente del poder. Fue, sin duda, una voz clave en la historia del periodismo gráfico mexicano.


Abel Quezada fue uno de los caricaturistas e historietistas más críticos e ingeniosos que ha tenido el periodismo mexicano. Ejerció su labor periodística en el tiempo en que México vivía entre un acelerado progreso económico y un gobierno poderoso que prohijaba la corrupción. Los personajes de caricatura creados por Quezada, como “El Charro Matías”, “El tapado” y “Gastón billetes”, representaban, con agudo humor, las realidades vergonzosas de nuestro país.
Imagen: Abel Quezada frente a uno de sus cartones.

Quezada fue originario de Monterrey, Nuevo León, en donde nació un 13 de diciembre de 1920. Creció en un medio rural. Su padre, Miguel Quezada, se encargó de mostrar a Abel y sus hermanos, desde su infancia, lo que sucedía en México y en el mundo. Estudió Comercio y Administración en San Luis Potosí, y en 1936 la familia migró a la Ciudad de México.
Imagen: Manifestación popular en ciudad norteamericana en protesta por el desempleo provocado por la gran depresión de 1929.

En la capital del país, trabajó realizando caricaturas para la revista Chamaco Chico, para el periódico Ovaciones y para la revista Pinocho. Quezada gustaba de crear personajes como la “Mula maicera” y el “Señor Pérez”, éste último era un hombre de clase media que utilizaba traje y corbata, pero cuya opinión nunca era tomada en cuenta por nadie.
Imagen: Portada de la revista Chamaco chico.

En 1946, su profesión como caricaturista lo llevó a experimentar la censura gubernamental, al realizar caricatura política de crítica al gobierno de Miguel Alemán, por lo que recibió amenazas que lo obligaron a dejar el país y residir en Nueva York.
Imagen: Caricatura de Quezada en la que figura el Charro Matías.

En 1956, Quezada entró a trabajar como caricaturista al Excelsior, que para entonces era uno de los periódicos más leídos en el país y uno de los pocos diarios que ejercía la crítica y no era controlado por el gobierno. En Excelsior Quezada inventó a algunos de sus más célebres personajes de caricatura.
Imagen: El personaje “Gastón Billetes” creado por Quezada.

A través de estos geniales personajes, Quezada ejercía una crítica aguda hacia las corruptelas de los gobernantes y su complicidad con los abusos de los hombres adinerados. Y, por supuesto, a través del “Tapado” se mofaba de la tradicional práctica de los presidentes de escoger quien sería el candidato presidencial, simulando que la selección era democrática.
Imagen: Ingeniosa caricatura en que figura el personaje llamado por Quezada “El tapado”.

En 1968 Quezada colaboró con la gran campaña de los juegos olímpicos. Sus cartones hicieron historia al convocar a los mexicanos a ser parte de tan importante evento y al promover la valoración de ls cultura mexicana y de las culturas locales.
Imagen: Cartel de Quezada: “Triunfar es trabajo de todos”.

Y ante la matanza de estudiantes en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968, publicó en Excelsior su célebre cartón, un cuadro negro titulado ¿Por qué?, manifestando su indignación por el crimen de estado que se había perpetrado. Por cierto, años más tarde, los periodistas críticos del periódico Excelsior fueron despedidos por su osadía de criticar la corrupción y represión gubernamental.
Imagen: Cartón de Quezada en Excelsior tras la matanza de Tlatelolco.

Ante el fin de este gran diario, Quezada continuó trabajando, ahora con el periódico Novedades. Hasta que en 1989 se retiró, ya enfermo, de la labor periodística y murió un 28 de febrero de 1991.
Imagen: Quezada ante su musa inspiradora.

Abel Quezada se dedicó a hurgar en los trapos sucios del progreso nacional. Sus inescrupulosos cartones, dedicados a los desbarajustes de un país en eterno desarrollo… denunciaron, una y otra vez, los pequeños y grandes crímenes de nuestra convivencia social.
La patria, señora merecedora de todos los respetos en las estatuas y los discursos conmemorativos, en el trato diario mostraba el desdoro de las prótesis, las llagas y los fétidos olores.
Texto de Alfonso Morales, en la exposición sobre la obra de Quezada “El mejor de los mundos”.
Imagen: Caricatura “México creo en ti”.
Te recomendamos ver:
Documental Abel Quezada, Evocaciones y Vivencias. Producido por el Canal 22.
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