Andrés Eligio Quintana Roo fue un abogado, poeta y político novohispano, insurgente en el proceso de independencia de México, además de esposo de Leona Vicario y personaje clave en nuestra historia.
En la historia de las naciones siempre hay hombres y mujeres, que sin haber empuñado las armas en contra de algún enemigo de la patria, fueron en cambio personajes imprescindibles para construir las instituciones y cimentar los valores de la democracia y la convivencia social.
Tal es el caso de Andrés Quintana Roo, escritor, abogado, idealista y luchador social, nacido en la calurosa Mérida, en 1787, es decir, en plena época colonial, a quien recordamos por haber presidido el célebre Congreso de Chilpancingo que declaró, por primera vez, la Independencia de México. Pero veamos quien fue Andrés Quintana Roo y cuál fue su contribución al desarrollo de nuestra nación.
Imagen: Plaza principal de Mérida, Yucatán, en el siglo XIX.
Como la mayor parte de los ciudadanos destacados de su generación, Quintana Roo se formó en instituciones educativas religiosas como el Colegio de San Ildefonso en Mérida, pero a los 20 años de edad se trasladó a la Ciudad de México para formarse como abogado en la Real y Pontificia Universidad.
Imagen: Seminario de San Ildefonso de Mérida.
En complemento a sus estudios, el joven estudiante ingresó al despacho del abogado Agustín Fernández de San Salvador, en calidad de pasante. Fue allí donde conoció y se enamoró de Leona Vicario, sobrina del mencionado abogado, quien además fungía como su tutor, tras la muerte de los padres de Leona. Ya para aquel entonces, la señorita Vicario se encontraba colaborando con la causa de la Independencia.
En estas circunstancias, el joven abogado solicitó el permiso para desposar a Leona, permiso que le fue negado por don Agustín.
Imagen: Retrato de Leona Vicario.
Al estallar la guerra de Independencia, en septiembre de 1810, Quintana Roo comenzó a buscar la forma de incorporarse al movimiento, lo que lo llevó a trasladarse al poblado Tlalpujahua, en donde tuvo bajo su responsabilidad la edición de dos periódicos insurgentes: El Ilustrador Americano y el Semanario Patriótico Americano, que tenían la estratégica de misión de informar de los avances de la lucha de Independencia y promover el apoyo de la población a la causa insurgente.
Imagen: El Ilustrador Americano. Periódico insurgente.
En 1812, Quintana Roo se unió al máximo dirigente de la Independencia, José María Morelos y en la Ciudad de Chilpancingo presidió la histórica primera sesión del Congreso del Anáhuac, en la que se declaró por vez primera, la plena independencia de México.
En los meses siguientes, y en conjunto con el escritor Carlos María de Bustamante, llevó a cabo la redacción de la Constitución de Apatzingán, que sería proclamada por el Congreso el 22 de octubre de 1814.
Imagen: Quintana Roo en el Congreso de Chilpancingo.
El destino de don Andrés Quintana Roo quedó sellado en diciembre de 1815, cuando el dirigente José María Morelos fue capturado por los realistas. En los próximos tres años, Quintana Roo y su esposa Leona Vicario se vieron obligados a huir rumbo a las montañas para evitar ser capturados por los soldados realistas. En aquellos lejanos parajes, Quintana Roo y su esposa cultivaban una parcela de tierra y criaban gallinas y cerdos para alimentarse.
Imagen: Entrada de una cueva en las montañas.
Fue tal la miseria en que vivió la pareja, que Leona Vicario dio luz a su primera hija Genoveva, en el interior de una cueva cercana al poblado de Acapixtla.
En 1818, preocupado por los maltratos de que había sido objeto su esposa Leona por parte de los realistas, Andrés Quintana Roo se acogió al indulto que había sido ofrecido por el Virrey, lo que le permitió reincorporarse a sus actividades profesionales en la Ciudad de México.
Imagen: Retrato de Andrés Quintana Roo.
Mientras tanto, al consumarse la independencia de México, Andrés y Leona fueron reconocidos por el gobierno republicano como héroes de la independencia. En lo particular, Leona recibió una hacienda, en compensación por las propiedades que le habían sido arrebatadas por el gobierno virreinal, en los años que duró la guerra.
Imagen: Hacienda Casa Grande, Zempoala, Hidalgo.
A partir de aquel momento, Quintana Roo desempeñó diversos cargos públicos. Fue diputado en varias legislaturas, secretario de Estado, magistrado de la Suprema Corte de Justicia y embajador plenipotenciario en Inglaterra.
Y entre 1832 y 1833, en su calidad de Ministro de Justicia y Negocios Eclesiásticos, redactó e impulsó dos importantes reformas liberales para eliminar la obligación del pago del diezmo a la iglesia y de la coacción civil en el cumplimiento de los votos monásticos.
Imagen: Retrato de Andrés Quintana Roo.
Andrés Quintana Roo murió por causas naturales en la Ciudad de México, el 15 de abril de 1851 y en atención a su gran contribución en la construcción de la nación, fue reconocido como héroe de México y sus restos depositados en la Columna de la Independencia. En tanto que, en 1902, se creó un territorio fronterizo en la Península de Yucatán, que llevaría el nombre de Andrés Quintana Roo.
Imagen: Urna mortuoria en la Columna de la Independencia.
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