Fundada en 1910, es la universidad pública más grande y prestigiosa de México. Entre su alumnado se han graduado 4 premios Nobel.


Nuestra Universidad Nacional Autónoma de México tiene una historia que bien vale la pena conocer y valorar. En primer lugar, es importante mencionar que tiene una edad que casi llega al medio milenio, si tomamos en cuenta sus antecedentes en la época virreinal.
A lo largo de este tiempo ha sido el pilar de la formación de estudiantes en educación superior, formando a algunas de los profesionistas e intelectuales que han dejado una profunda huella en la historia de nuestra nación. Pero, ¿Cuál es el origen de nuestra Universidad Nacional? Veamos.
Imagen: Panorámica de la primera sección de Ciudad Universitaria.

Tras la conquista española del Imperio de Tenochtitlan, el monarca de España Carlos V estableció la Nueva España como una colonia de aquel reino.
Sobre las ruinas de la gran Tenochtitlan se edificó la Ciudad de México, que sería la sede de los poderes del Virreinato. Pronto se fueron estableciendo en la ciudad capital las escuelas, los hospitales y el conjunto de instituciones que requería la nueva colonia.
Imagen: Panorámica de Ciudad de México. Litografía. Siglo XIX.

Una de estas instituciones fue la Real y Pontifica Universidad de México, creada por decreto del rey de España en 1551, en el mismo año en que se decretara la fundación de la Real y Pontificia Universidad de Lima, en el Virreinato del Perú.
En efecto, los virreinatos de la Nueva España y del Perú serían los primeros en contar con la institución que impartía educación superior, debido a que eran los mayores proveedores de riqueza –especialmente del mineral de plata- para la monarquía española.
Imagen: Real y Pontificia Universidad de México. Grabado.

Por cierto, el edificio de esta primera universidad se encontraba en la calle de Moneda esquina Plaza Gamio, a un costado del Palacio Nacional, en dónde hoy se encuentra un museo histórico de nuestra universidad nacional.
Imagen: Edificio de la primera universidad de México, en la calle de Moneda esquina con Plaza Manuel Gamio.

La institución ofrecía en primera instancia la facultad de Artes donde se estudiaba el bachillerato; después, los estudiantes podían ingresar a cinco facultades: Teología, Derecho Canónico, Derecho Civil, Medicina y Artes. En ella se preparaba a clérigos, abogados y médicos.
También existían cátedras sueltas, es decir, sin facultad, como astrología y matemáticas, retórica, gramática y lenguas indígenas. Los grados que se otorgaban eran los de bachiller, licenciado, maestro y doctor.
Imagen: Interior del Colegio de Minería, creado al final del Virreinato para brindar formación universitaria a los futuros técnicos y empresarios de este ramo.

Cómo se trataba de una institución instituida por la monarquía y con carácter religioso, cuando México logró su independencia en 1821, la Real y Pontificia Universidad fue vista por el gobierno como una institución retrógrada.
Por ello, en 1865 el emperador Maximiliano de Habsburgo la clausuró.
A partir de entonces, las carreras universitarias se estudiaban en las escuelas de medicina, de ingeniería, de teneduría de libros, de arquitectura y de jurisprudencia, a los que se sumó más adelante la Escuela de Agricultura
Imagen: Escuela de Medicina en el edificio que alojó originalmente a la Santa Inquisición.

Fue hasta el año de 1910, cuando por iniciativa del Secretario de Educación Justo Sierra, se estableció la Universidad Nacional de México, con un carácter plenamente laico.
En las próximas cuatro décadas, la universidad realizaba sus actividades académicas en diferentes planteles como el Colegio de San Ildefonso, la Escuela de Medicina, el Colegio de Minería y la Escuela de Jurisprudencia, todas ellas ubicadas en el centro de la ciudad.
Imagen: Colegio de San Ildefonso. Litografía del siglo XIX.

Por último, en los años 40 el gobierno decidió crear un gran campus que reuniera a las diferentes escuelas de la universidad. Para ello adquirió una gran extensión de terreno de pedregal al sur de la ciudad y emprendió la construcción de la Ciudad Universitaria, bajo la dirección de los arquitectos Enrique del Moral, Mario Pani y Mauricio M. Campos, la que fue finalmente inaugurada en 1953.
Imagen: Ciudad Universitaria en construcción. Fotografía.

La construcción de la Ciudad Universitaria brindó a la Universidad Nacional Autónoma de México un gran impulso, ya que a partir de su inauguración ha registrado un gran crecimiento. Hoy en día atiende a 373,000 alumnos en los diferentes niveles, de los cuales 116,000 estudian en las instalaciones de C.U. y el resto en los planteles con que cuenta en la ciudad y en otras entidades.
La UNAM ocupa el segundo lugar en el ranking de universidades de Latinoamérica.
Imagen: Estudiantes en la UNAM.

Un dato muy importante: en el año 2007, la Ciudad Universitaria de la UNAM fue declarada Patrimonio cultural de la humanidad, debido a que la UNESCO (Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) la consideró como un conjunto monumental ejemplar del modernismo del siglo XX que integra el urbanismo, la arquitectura, la ingeniería, el paisajismo y las bellas artes, asociando todos estos elementos con referencias a las tradiciones locales, y en particular al pasado prehispánico de México.
El conjunto encarna valores sociales y culturales de trascendencia universal y ha llegado a ser uno de los símbolos más importantes de la modernidad en América Latina.
Imagen: Vista nocturna de la Biblioteca Central.
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