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Francisco Javier Clavijero, un jesuita precursor de la Independencia de México

Francisco Javier Clavijero y Echeagaray fue un clérigo jesuita novohispano, historiador, filósofo, y humanista, considerado el principal exponente de la ilustración en la Nueva España.




A finales del siglo XVIII, cuando México era todavía una colonia de España, llevando el nombre de Nueva España, un sacerdote jesuita que se encontraba exiliado en Bolonia, en la actual península italiana, escribió una obra que narraba la historia prehispánica de México.

La lectura de la obra de Clavijero, contribuyó a convencer a los criollos de esta colonia de lo valioso que resultaba su raíz prehispánica y su población indígena, fortaleciendo los anhelos independentistas de sus habitantes.

Imagen: Universidad de Bolonia, Italia. La más antigua del mundo, fundada en 1088 d.C.


Nacido en la ciudad de Veracruz, Francisco Javier fue hijo de un funcionario virreinal, Alcalde Mayor de diversas poblaciones indígenas, gracias a los cual, desde pequeño, tuvo un profundo contacto con esta población, sensibilizándose hacia su situación de pobreza y marginación y, claro está, conociendo valorando su cultura, sus habilidades y sus valores morales.

Imagen: Francisco Javier Clavijero. Grabado.


Clavijero inició sus estudios en el Colegio Jesuita de San Jerónimo, en la ciudad de Puebla, encaminándose hacia la carrera sacerdotal. En 1748 llegó a estudiar en el colegio jesuita de San Ildefonso en la Ciudad de México, en donde aprendió filosofía, historia y ciencias, habiendo estudiado asimismo en el Colegio de San Pedro y San Pablo, en donde pudo conocer documentos indígenas prehispánicos que había reunido el sabio novohispano Carlos de Sigüenza y Góngora.

Imagen: Interior del Colegio de San Ildefonso. Fotografía.


Algunos años más tarde se desempeñó como maestro en el Colegio de San Ildefonso y posteriormente fue enviado al Colegio de San Gregorio, en donde pudo practicar la enseñanza a estudiantes indígenas, lo que constituía uno de sus intereses primordiales.

Imagen: Colegio de San Gregorio. Grabado.


En el año de 1767, el rey de España decretó la expulsión de los frailes jesuitas de todas las posesiones españolas. Clavijero fue enviado a la ciudad de Bolonia, en donde viviría hasta su muerte en 1787.

Privado de sus funciones académicas y docentes, Clavijero decidió emprender la escritura de la obra que ya tenía proyectada, a la que tituló como Historia Antigua de México.

Imagen: Los jesuitas siendo embarcados en un puerto americano tras su expulsión. Grabado.


En la Nueva España Clavijero había tenido la oportunidad de consultar una importante cantidad de documentos históricos, desde los códices indígenas hasta los relatos de los frailes que vivieron en el siglo de la conquista y que se preocuparon por investigar los sucesos históricos de los pueblos indígenas del centro de México.

Imagen: Tira de la Peregrinación, códice azteca que narra la peregrinación azteca hasta Tenochtitlán.


Una de las principales motivaciones de Clavijero para escribir su obra, fue su necesidad de refutar los argumentos del filósofo y geógrafo holandés Cornelius de Pauw, quien había difundido a través de sus estudios sobre América, que en este continente los hombre apenas y se diferenciaban de los animales por la figura.

Carecen de memoria, al punto que hoy no recuerdan lo que hicieron ayer. No saben reflexionar ni ordenar sus ideas, ni son capaces de mejorarlas, ni aun de pensar, porque en su cerebro sólo circulan humores gruesos y viscosos.


Las afirmaciones de Cornelius De Pauw y otros estudiosos de América habían creado en Europa una idea muy distorsionada de los habitantes de este continente.

Imagen: Cornelius de Pauw. Pintura.


Pues bien, basándose en documentos indígenas y españoles y en estudios diversos que había realizado en la Nueva España, Clavijero emprendió la realización de una gran obra sobre la historia prehispánica de México, a la que título nada menos que Historia Antigua de México.

La obra fue publicada en Bolonia, en lengua toscana, en 1780, y algunos años después fue publicada en inglés y en alemán. Y debido a la censura en España, fue publicada en español hasta 1826, es decir, cinco años después de consumada la Independencia de México.

Imagen: Portada de la Historia Antigua de México en lengua toscana.


No obstante no contar con la edición en español, la obra de Clavijero fue leída por los intelectuales de la Nueva España y ejerció una fuerte influencia sobre éstos, ya que presentaba a los toltecas y aztecas como pueblos civilizados que poseían amplios conocimientos sobre el universo y la naturaleza, que tenían destacadas habilidades artísticas y valores morales que les habían permitido asimilar la religión católica, desarrollando una notable devoción y fe.

Imagen: Relieve que representa la monarca Pakal en la ciudad maya de Palenque.


Hoy en día Francisco Javier Clavijero es recordado como un sabio novohispano que desarrolló una lúcida visión sobre la historia prehispánica de México e inspiró a los criollos e intelectuales de la Nueva España para luchar por la Independencia de México, lo que significa que podría ser reconocido como un héroe de nuestra independencia.

Imagen: Francisco Javier Clavijero. Óleo sobre tela que resguarda el Museo Nacional de Historia. Castillo de Chapultepec.



Te recomendamos leer:


La Historia Antigua de México.

Se trata de un libro que en un lenguaje accesible narra los relatos históricos, los mitos y el modo de vida y costumbres de los pueblos del Centro de México.

En librerías puedes encontrar ediciones de formatos y precios diferente.







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