Ser un héroe es diferenciarse por las acciones o hazañas realizadas, pero ¿quiénes son los héroes a los que veneramos o admiramos?


Unos meses después de consumarse la independencia de México, el libertador Agustín de Iturbide se hizo proclamar emperador. Iturbide había dejado en claro que el mérito de la Independencia era sólo de él y que el movimiento iniciado por Miguel Hidalgo, Ignacio Allende y José María Morelos, entre otros, había fracasado.
No obstante, tan sólo ocho meses después, Iturbide fue derrocado por un golpe militar liderado por Antonio López de Santa Anna. En consecuencia, el Congreso Mexicano se volvió a reunir, estableciendo que México se constituía en una república federal.
Imagen: Agustín de Iturbide. ÓIeo sobre tela.

Los diputados al Congreso consideraron entonces que el mérito mayor de la Independencia de México recaía en los antiguos insurgentes, quienes eran en realidad los verdaderos héroes de la patria.
Ante esta nueva circunstancia, se propusieron reunir los restos mortales de estos héroes, los que fueron trasladados con honores desde los sitios en que habían sido enterrados, para ser depositados en la Catedral de México.
De esta manera se iniciaba la costumbre cívica de rendir culto a los héroes de la patria.
Imagen: Restos óseos de los héroes de la Independencia, resguardados en la Columna de la Independencia.

Pero…. ¿Qué es exactamente un héroe?
De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, un héroe es una persona que realiza una acción muy abnegada en beneficio de una causa noble.
También lo define como una persona ilustre y famosa por sus hazañas y virtudes.
¿Quiénes fueron los primeros héroes en el mundo?

El héroe en la antigüedad
Nuestro referente histórico de heroísmo proviene de la mitología griega, muy en los particular, de las obras de Homero. En La Odisea, el célebre escritor Homero nos relata las hazañas de uno de los más destacados héroes griegos: Ulises, rey de Ítaca, quien se convertiría en un modelo de héroe de la antigüedad clásica.
Tras su destacada participación en la batalla de Troya, Ulises emprendió una interminable travesía que lo conduciría, 10 años después, de regreso a su patria, tiempo en el cual tuvo que enfrentarse a poderosos enemigos, como los cíclopes y vencer la tentación del canto de las sirenas.
Imagen: Ulises y las sirenas. Mosaico romano de Tunicia (Túnez). Siglo III d.C.

El héroe en la Edad Media: el Cid Campeador
Rodrigo Díaz de Vivar, “el Cid campeador”, fue un héroe histórico de la reconquista española en contra de los musulmanes en el siglo XI. Su vida y hazañas inspiraron un importante cantar de gesta de la literatura española de aquellos tiempos.
Por cierto, los héroes en su época, eran los propios reyes o miembros de la nobleza.
Imagen: Monumento al Cid campeador en Burgos, España.

El marqués de Lafayette, héroe de dos mundos
Al triunfo de la Revolución francesa, el nuevo Estado tuvo la necesidad de promover en la ciudadanía el culto a los personajes que lucharon en esta gesta.
El marqués de Lafayette fue un ciudadano de origen francés, que tuvo una participación decisiva en la guerra de independencia de las colonias inglesas de Norteamérica y, posteriormente, en la Revolución francesa, por lo que se erigió como héroe de ambas naciones.
Es ésta la época en que surgen los héroes ciudadanos, quienes sin importar su origen social, sacrificaron su posición social y hasta su vida por una causa patriótica.
Imagen: Marqués de Lafayette. Retrato de Joseph Désiré Court.

Es así que, siguiendo el ejemplo del Estado francés revolucionario, los personajes que habían destacado en la lucha de Independencia en México, fueron elevados a la categoría de héroes. A ello contribuyeron escritores como Carlos María de Bustamante, al escribir piezas literarias en las que narraban sus hazañas cívicas y militares.
Imagen: Carlos María de Bustamante. El nuevo Bernal Díaz del Castillo. Editado por el Fondo de Cultura Económica.

Asimismo, se erigieron monumentos para honrarlos y se dio el nombre de estos héroes a algunas de las más importantes calles de ciudades y pueblos. Y se estableció un ceremonial cívico que tenía lugar en los onomásticos más destacados de estos héroes de la nación.
Es ésta la época en que surgen lo que conocemos como “héroes de bronce”, en virtud de relatos que destacan sus actos nobles y hazañas militares, pero que a la vez ocultan sus defectos y sus debilidades humanas.
Imagen: Monumento a Miguel Hidalgo en Guadalajara, Jalisco.

Un caso notable de esta creación de “héroes de bronce” es el de Miguel Hidalgo y Costilla, al que se le hizo aparecer como un hombre lleno de virtudes y devoto religioso, ocultando todo aquello que podía ser cuestionado por la moral prevaleciente en la época, como el hecho de no respetar el celibato católico y de haber procreado hijos, o bien el que haya promovido el asesinato de prisioneros españoles, sin juicio de por medio.
Imagen: Demian Bichir interpreta a Miguel Hidalgo en la película “Hidalgo, la historia jamás contada”.

Hoy en día, una diversidad de historiadores y novelistas se han encargado de derribar los mitos creados por la “historia de bronce”, al narrar los actos que antes se consideraban cuestionables de los héroes de la nación, con lo cual es cada vez más posible que los ciudadanos conozcamos cómo eran en verdad estos personajes y los aceptemos como hombres y mujeres de carne y hueso, con sus virtudes y sus defectos.
Imagen: Pancho Villa con su esposa Luz Corral y otra mujer. Fotografía.
Te recomendamos leer:
Relámpagos de agosto. Jorge Ibargüengoitia.
Y te sugerimos también que veas la serie de televisión:
Hidalgo, la historia jamás contada. Disponible para ver aqui.
Comentários