Napoleón Bonaparte, fue un militar y político francés de origen italiano nacido en Córcega que saltó a la fama durante la Revolución francesa y dirigió exitosas campañas durante las Guerras revolucionarias.
Seguramente alguna vez te habrás preguntado por qué México, Colombia, Venezuela, Perú y Argentina, y el resto de los países latinoamericanos, libraron sus guerras de Independencia en forma más o menos simultánea, entre los años de 1808 y 1825.
Pues bien, el caso es que casi todos los hoy países latinoamericanos, con excepción de Brasil y algunas poblaciones isleñas, formaban parte del Imperio Español. En estas circunstancias, cuando el ejército del emperador francés Napoleón Bonaparte invadió España a fines de 1807 y colocó a José Bonaparte como monarca de ese reino, los habitantes no españoles de las colonias consideraron que no tenían el deber de rendir obediencia a un monarca francés, lo que detonó el estallamiento simultáneo de las guerras de Independencia.
Imagen: Escena de la guerra de Independencia en contra de los ejércitos invasores franceses.
A fines de 1807, el emperador francés Napoleón Bonaparte se propuso apoderarse del territorio español, y con el fin de engañar al monarca de España Carlos IV, le propuso a éste que le permitiera el acceso de sus tropas a territorio de España, para desde ahí atacar a Portugal y apoderarse en forma conjunta de aquella nación, lo cual quedó establecido en el Tratado de Fontainebleau (1807).
Bajo el cobijo de este tratado, las tropas napoleónicas se aposentaron en España y provocaron la abdicación de Carlos IV y su hijo Fernando VII, para coronar a José; hermano de Napoleón, como nuevo monarca de España.
Imagen: Escena de la invasión napoleónica a España. Pintura.
El 2 de mayo de 1808, el pueblo de Madrid se reveló en contra de las tropas invasoras francesas, causándoles múltiples bajas. En represalia, el ejército francés capturó a una considerable cantidad de personas del pueblo y las ejecutó públicamente el 3 de mayo.
Esta ejecución fue genialmente captada por el pincel de Francisco Goya y Lucientes, en su pintura titulada El 3 de mayo en Madrid, perpetuando así la memoria del heroico levantamiento del pueblo español.
Imagen: El 3 de mayo en Madrid. Óleo de Francisco de Goya y Lucientes. Museo del Prado.
A principios de 1812 los franceses habían conquistado buena parte del país, lo que incluía a Madrid, la Meseta Central, Aragón, Cataluña, Levante y gran parte de Andalucía.
Sin embargo, a pesar de la cantidad y el poderío de las fuerzas francesas y de la coronación de José Bonaparte como monarca de España, lo cierto es que los españoles nunca aceptaron la legitimidad de éste y en cambio integraron una guerrilla de cerca de 50 mil luchadores, que no dejaron a hostigar y debilitar al ejército de ocupación.
Imagen: Contienda popular en Valdepeñas, el 6 de junio de 1808.
La primera gran derrota del Ejército francés se dio desde el 19 de julio de 1808, en la célebre batalla de Bailén, en Andalucía, en la que 27 mil soldados españoles derrotaron al ejército francés liderado por el general Dupont, que comandaba a 21 mil soldados.
Desde aquel momento, los dirigentes franceses supieron que la ocupación de España era una encomienda muy difícil de lograr.5) La Rendición de Bailén. Óleo de José Casado del Alisal, 1864. Museo del Prado.
Imagen: La Rendición de Bailén. Óleo de José Casado del Alisal, 1864. Museo del Prado.
Después de 5 años de encarnizadas luchas, finalmente el emperador José Bonaparte se vio obligado a aceptar la rendición de las fuerzas francesas y a firmar el Tratado de Valencay, en diciembre de 1813, por el que devolvió la corona de España al legítimo monarca español Fernando VII.
Imagen: Firma del Tratado de Valencay. Litografía de Serra.
¿Pero qué sucedió en las colonias americanas mientras España estuvo ocupada por el ejército francés y gobernada por José Bonaparte, hermano de Napoleón?
Pues en la Nueva España (actual México), algunos de los más destacados criollos (población blanca nacida en esta colonia), que ocupaban puestos militares, eclesiásticos o bien se dedicaba a actividades comerciales, comenzaron a reunirse en diferentes ciudades como Querétaro, Celaya, Dolores y en la misma Ciudad de México, para planear una insurrección que les permitiera librarse de la dominación española.
Imagen: Escena de una película que representa una conspiración independentista en Querétaro.
La invasión napoleónica a España proporcionó a estos criollos el argumento definitivo para sus aspiraciones independentistas, que venían gestándose desde décadas atrás.
Una de las razones fundamentales de este anhelo de libertad, era el hecho de que a partir del ascenso del rey Carlos III en España en 1759, las reformas que había implantado se habían traducido en mayores impuestos para los criollos y en un progresivo endeudamiento de los dueños de los hacendados, en tanto que los criollos habían sido desplazados de los puestos de mando en el ejército, el gobierno e inclusive en las instituciones eclesiásticas.
Imagen: Hacienda colonial en la actualidad.
En estas circunstancias, a partir del año de 1810, los dirigentes Simón Bolívar, José de San Martín, Bernardo O´Higgins y Antonio José de Sucre, por mencionar algunos, emprendieron rebeliones independentistas en sus respectivas colonias.
El principal dirigente de la independencia sudamericana, Simón Bolívar, estaba convencido de que las antiguas colonias españolas debían constituirse en una nación. Sin embargo, al finalizar la década de 1820, la mayor parte de ellas se habían independizado de España constituyéndose en naciones distintas.
Imagen: Declaración de Independencia de Argentina. Óleo de Francisco Fortuny.
Al final, el proyecto de Bolívar resultó imposible de poner en práctica. Pero el resultado de estas gestas fue la creación de un conjunto de naciones, grandes y pequeñas, que en su mayoría comparten el uso de la lengua española y son las herederas de las portentosas culturas prehispánicas que poblaron este territorio.
Imagen: Mapa antiguo de América. Litografía.
Te recomendamos ver el cortometraje titulado:
Documental disponible en Youtube. Duración 19:02 mins.
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