María Cenobia Izquierdo Gutiérrez fue una pintora mexicana, una de las primeras mujeres en exponer sus obras fuera de México, en 1930. Su talento fue tal que en 1939, fue invitada por el Jefe del Departamento del Distrito Federal, Javier Rojo Gómez, a pintar un mural en el Palacio del Ayuntamiento de la Ciudad de México causando la molestia y protesta de Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.
Originaria de Lagos de Moreno, Jalisco, en dónde nació en 1902, María Izquierdo fue una pintora mexicana que vivió en aquellos intensos años de la posrevolución, cuando hubo en México un movimiento de renovación cultural, en el que participaron pintores, compositores musicales, fotógrafos y directores de cine, entre otros, que tenía como eje promover la mexicanidad y el orgullo por las raíces indias de los ciudadanos de este país.
Imagen: Autorretrato. 1939.
Desde las primeras obras que realizó, María sorprendió a los amantes del arte por su original estilo, en el que predominan los colores intensos y las escenas surrealistas, además de temas tradicionales indígenas y escenas circenses de mucho colorido, en las que abundan los caballos y niños cirqueros.
Imagen: Los caballitos pony en su camerino. 1945.
María Izquierdo tuvo una infancia difícil. A los 5 años de edad murió su padre, por lo que fue enviada a vivir con sus abuelos. Años más tarde, volvió a vivir con su madre cuando ésta contrajo matrimonio. La familia de María migró a Aguascalientes y posteriormente a Coahuila.
Imagen: Niñas con sandía. 1946.
Cuando tenía 15 años de edad, y por voluntad de su familia, casó con un militar, con quien procreó tres hijos. Años después, María pudo cumplir el sueño de toda joven artista: después de divorciarse se trasladó a la Ciudad de México en donde ingresó a la Academia de Bellas Artes de San Carlos, en donde fue alumna de grandes artistas como Diego Rivera, German Gedovius y Manuel Toussaint.
Imagen: Mujeres.
En su primera pintura, que llevaba por título, “Retrato de Belem”, hizo gala de un estilo muy particular, al realizar un cuadro en que no había perspectiva, lo que lo hacía parecerse a una pintura de un artista amateur.
Imagen: Retrato de Belem. 1928.
A los 28 años de edad fue invitada a participar en una exposición en el Palacio de Bellas Artes, que significó para María el primer momento en que su obra fue vista por los críticos y por el público en general. A partir de entonces sus obras empezarían a ser apreciadas y valoradas en México.
Imagen: Niña con sombrero rojo. 1942. Posiblemente se trate de una representación de la pintora en su niñez.
En 1930 fue invitada a exponer en el Art Center Gallery de Nueva York, siendo la primera pintora mexicana en exponer en los Estados Unidos. Algunos años más tarde, el escritor y actor francés Antonin Artaud, al visitar México, conoció a María y a sus pinturas, por lo que la invitó a exponer en la Galería Van Der Berg de París. A partir de entonces su obra fue expuesta en Tokyo, Los Ángeles, San Francisco, Bombay y Río de Janeiro.
Imagen: La niña indiferente. Óleo sobre tela. 1947.
En 1939, fue invitada por el Jefe del Departamento del Distrito Federal, Javier Rojo Gómez, a pintar un mural en el Palacio del Ayuntamiento de la Ciudad de México. Sin embargo, en aquella ocasión los pintores Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, se opusieron a que María Izquierdo llevara a cabo el mural en cuestión.
Al parecer, estos talentosos muralistas se oponían a que una mujer ocupara un lugar prominente en el arte mural mexicano.
Imagen: El idilio. 1946. Una pareja de enamorados vive su idilio junto a la figura de Venus, diosa del amor. El cielo gris y los árboles secos sugieren el difícil camino que les espera a los enamorados.
A partir de 1948, la pintora comenzó a tener fuertes problemas de salud, al sufrir algunos eventos cerebrovasculares, que le provocaron una parálisis, que a su vez le impedían utilizar su mano derecha para pintar.
Por otra parte, unos años más tarde la pintora sufrió una hemiplejia que finalmente le provocó la muerte jel 3 de diciembre de 1955. Y a pesar de las grandes cualidades que tenía esta artista, se afirma que murió en la pobreza.
Imagen: Alegoría del trabajo. 1936. Una mujer desnuda llora mientras una figura que puede interpretarse como un dios prehispánico la acecha. Todo ello junto a una fábrica.
No obstante, con el correr de los años María Izquierdo ha sido reconocida por las instituciones culturales (en especial el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura) como una de las mejores pintoras de la historia de nuestro país, por lo que sus obras son consideradas como Patrimonio Nacional, formando parte del acervo del Museo de Arte Moderno. En tanto que, en 2012, sus restos mortales fueron trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres en el Panteón de Dolores de la Ciudad de México.
Imagen: Autorretrato. 1940. Este cuadro refleja en buena medida la mexicanidad de María Izquierdo, al portar un vestido veracruzano con reboso y un peinado típico indígena.
Te recomendamos ver el cortometraje titulado:
Documental. 18:30 mins.
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