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Monstruos marinos, amazonas y sirenas en el Nuevo Mundo

Los orígenes de los monstruos son diversos y varían según las culturas y las creencias. En muchas culturas antiguas, los monstruos se creían que eran seres sobrenaturales, a menudo asociados con fuerzas del mal o con la muerte; ¿tú qué piensas?





En pleno siglo XXI, cuando los seres humanos nos encontramos convencidos de la eficacia de la ciencia para explicar los fenómenos de la naturaleza, resulta difícil imaginarnos que los hombres que conquistaron el nuevo mundo a principios del siglo XVI –geógrafos, militares, navegantes y estudiosos de la ciencia-, estuvieran convencidos de que en el Continente americano habían seres fantásticos tales como gigantes y pigmeos, sirenas y tritones, cinocéfalos y amazonas, además de lugares míticos como la Fuente de la Juventud y las siete ciudades de Cíbola, por mencionar algunos.

Imagen: Un monstruo marino en un mapa de 1621. Wikimedia Commons.


En la época medieval, es decir entre los siglos V y XV de nuestra era, surgieron obras literarias en las que se describían monstruos y seres imaginarios, los cuales habitaban en tierras lejanas, en las islas y en los mares.

Los marineros que se aventuraban a navegar en el Mar Mediterráneo y en otras aguas oceánicas, viajaban aterrados ante la posibilidad de encontrarse con dragones marinos, gigantes o sirenas.

Por ejemplo, Marco Polo, viajero y mercader veneciano, mencionó en su obra El libro de las maravillas, la existencia de tribus antropófagas, hombres caudatos y unicornios.

Imagen: La Corte del Gran Khan.


Américo Vespucio, el primer navegante en identificar el continente de América, pretendió haber visto gigantes en una isla del Caribe, que algunos especialistas han asociado con Curazao. En tanto que Bernal Díaz del Castillo, soldado de Hernán Cortés y cronista de la conquista, escribió que habían descubierto huesos que probablemente correspondían a un gigante.

Imagen: Gigantes que aparecen representados en un mapa de Américo Vespucio.


Lo sorprendente de estas historias de gigantes, es que una buena parte de los historiadores de la Nueva España, es decir, del México colonial, estaban convencidos de que los primeros pobladores de América habían sido precisamente gigantes.

Imagen: Gigantes. Grabado. Wikimedia Commons. Princeton University.



Antes de partir de la isla de Cuba rumbo a tierra continental, el comandante Hernán Cortés recibió del gobernador de la isla Diego Velázquez, la instrucción de emprender la búsqueda de los seres fantásticos que aparecían en los relatos bíblicos o en la literatura medieval.

Como parte de estos seres fantásticos se encontraban las amazonas, que de acuerdo con los helénicos debían de encontrarse en el Asia Menor.

Imagen: Mujeres amazonas matando a los indios que las amenazan. Grabado de Theodore de Bry. 1590.


Pues, en efecto, Cortés cumplió con sus instrucciones y le escribió al monarca español Carlos V, que se había enterado de la existencia de una isla ubicada en los actuales territorios de Colima, muy rica en oro y perlas, que se encontraba poblada sólo por mujeres. Sin embargo, es bien sabido que Cortés nunca conoció la mencionada isla.

Imagen: Amazonas. Grabado de Theodore de Bry.



La leyenda medieval de las Siete Ciudades de Cíbola se origina con la invasión musulmana de la península ibérica, donde según el relato siete obispos partieron desde allí para luego establecerse en una tierra ubicada al oeste, cruzando el mar, donde cada uno habría fundado su propia ciudad.

Tras el descubrimiento de América hubo quienes, como fray Marcos de Niza, afirmaron que las siete ciudades de la leyenda se encontraban al Norte de la Nueva España.

Imagen: Expedición española en busca de las siete ciudades de Cíbola.


Debido a estas noticias infundadas, no faltaron exploradores que emprendieron el camino hacia el Norte, seguros de que encontrarías las fabulosas ciudades de la leyenda.

Casualmente, en los códices aztecas se afirmaba que los pobladores de Tenochtitlan habían migrado al Valle de México, provenientes de Chicomoztoc, el lugar de las siete cuevas, lo que hizo pensar a algunos expedicionarios españoles que las cuevas de Chicomoztoc correspondían efectivamente a las siete ciudades de la leyenda.

Imagen: Las siete ciudades de Cíbola.


Sin duda, uno de los mitos más populares en la historia es el de las sirenas, que en la época griega eran representadas como seres humanos con alas, que al correr de los años perdieron esta parte de su cuerpo para adquirir aspecto de criaturas híbridas llamadas sirenas, mitad mujer y mitad pez. O bien como tritones o nereidos, que eran la combinación entre peces y hombre.

Imagen: Sirenas al encuentro de navegantes marítimos. Grabado.


Según el poeta griego Hesiodo, las sirenas vivían en una isla rocosa llamada Antemoesa y allí aguardaban a sus presas hasta devorarlas. Pero también se afirmaba que las sirenas se limitaban a atraer a los navegantes con sus cantos y su belleza, sin pretender hacerles daño.

Sea como sea, lo cierto es que en una de sus expediciones Cristóbal Colón escribió a la reina Isabel, que había encontrado a algunas de las famosas sirenas, aunque no le habían parecido tan bellas como eran descritas en la literatura antigua.

Imagen: Sirena. Grabado antiguo.



Te recomendamos ver:


Poseidón y las sirenas. Documental de History Channel.






 
 
 

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